Nuestros hábitos de consumo se han ido adaptando a las múltiples posibilidades que ofrece la tecnología. Sin apenas ser conscientes de ello, el acceso a Internet y la facilidad de adquirir toda clase de productos de manera inmediata han hecho de las compras online la opción predilecta de la gran mayoría de los consumidores.
Hoy en día, la experiencia de los usuarios y la regulación a la que continuamente se somete este tipo de mercado y transacciones económicas, hace que se genere fácilmente una sensación de seguridad en el consumidor. Aunque exista una confianza previa, sobre todo cuando se trata de sitios webs y tiendas que el comprador ya conoce, nunca se debería bajar la guardia. Es recomendable permanecer siempre alerta para tratar de detectar y evitar posibles estafas. No es cuestión de entrar en pánico ni de desconfiar cuando se realiza una compra a través de Internet. En realidad, se trata más bien de desarrollar unos hábitos que ayuden a reducir al máximo los potenciales riesgos de sufrir engaños y, por otra parte, evitar comportamientos descuidados que pongan en peligro la privacidad de nuestros datos personales y bancarios.
Un buen consejo es utilizar siempre páginas oficiales y de confianza. Desconfiar de aquellas que no dispongan de una conexión segura puede ser una buena manera de establecer un primer filtro. Por supuesto, algo de suma importancia es tener contraseñas de acceso poco deducibles, evitando siempre usar fechas de cumpleaños, aniversarios, etc., no compartirlas y utilizar contraseñas distintas para cada servicio.
Hay que sospechar siempre de los mensajes alarmistas que solicitan clicar en un enlace o descargar un fichero. Normalmente ninguna empresa va a solicitar claves o datos de tarjetas de crédito a través de un correo electrónico. Si se diera el caso, hay que prestar especial atención a la dirección completa desde la que se solicite dicha información y comprobar que se ajusta en cada símbolo y letra correspondiente al sitio oficial.
Una buena forma de evitar sorpresas y reducir la cantidad de dinero que se pueda perder en caso de sufrir algún tipo de estafa es utilizar una tarjeta de uso exclusivo para realizar pagos on line. Ante cualquier indicio de un uso fraudulento ajeno a la actividad del usuario, lo conveniente es realizar, en el menor plazo de tiempo posible, una denuncia formal a la Policía y reclamar la oportuna devolución de los cargos a la entidad bancaria.
En los casos de compraventa en tiendas on line de segunda mano, es aconsejable informarse previamente sobre quién es el comprador/vendedor antes de realizar ninguna acción. Actualmente, existen métodos de pago seguros para que ambas partes queden protegidas en la transacción. Por eso, es muy importante que la negociación y cualquier movimiento económico se haga dentro de los canales propuestos por la página o por la aplicación.
Por último, aunque parece algo tedioso, es también fundamental revisar la política de privacidad de las webs y aplicaciones que usemos, particularmente, cuando se trate de webs y apps de carácter comercial. Siempre será mejor perder unos minutos en comprobar la finalidad del tratamiento que se hará de los datos personales que firmar algo que nos comprometa negativamente.