El mundo progresa, las personas evolucionan, las rutinas se renuevan, las creencias permutan y las vidas se transforman. En una sociedad con constantes cambios, es difícil mantenerse firme e impecable. El desconocimiento, a veces, promueve que el individuo tenga opiniones que difieren de otras. Sin embargo, éstas pueden ser alteradas de manera positiva, debido a la información.

Son muchos los sectores que han manifestado cambios en los pensamientos de la sociedad, por ejemplo, la tecnología o la alimentación. Por lo que se refiere a la nutrición, a lo largo de los últimos años y gracias a la información transparente  proporcionada por los profesionales, pensando en el consumidor,  a través de las redes sociales, ha aumentado el consumo de ciertos alimentos como medida de precaución para el cuidado de la salud o para el refuerzo del sistema inmunológico o digestivo. Algunos de estos productos son por medio de la ingesta de suplementos naturales, como la jalea real o a través de alimentos probióticos presentes en alimentos como los vegetales o lácteos fermentados y también en comprimidos naturales.  

Por un lado, la jalea real es una sustancia que nace de la apicultura y que, gracias a sus componentes activos, resulta muy interesante como refuerzo nutritivo en personas. Los beneficios a los que está asociada son la antibacteriana, antiinflamatoria, desinfectante, antioxidante, neurotrópica es decir, evita la muerte de las neuronas y conserva el hilo conductor (axón) de las mismas cuya función es conectar el impulso nervioso entre células y, por último, moduladora  del envejecimiento, ya que mantiene la piel tersa. 

Aunque bien es cierto que no existe evidencia científica de las múltiples propiedades beneficiosas para el ser humano, la composición de la jalea real es muy completa y contiene una gran concentración de nutrientes al estar formada por agua, proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas y minerales. Pero ¿Cómo saber si es una jalea de calidad? La respuesta es el ácido hidroxidecenoico (HDA), el indicador que ayuda a saber su grado de calidad. Para comprobar la frescura y la pureza de la jalea real debe contener entre el 1,8 y el 2% de este ácido.

Aún así,  existen restricciones importantes que cabe saber ya que puede ser perjudicial para la salud:  

  • Contraindicado en personas asmáticas, con migrañas, hipertensión, taquicardias y alérgicas
  • No prolongar la toma ya que puede desatar enfermedades como la de Addison, también conocida como insuficiencia suprarrenal
  • Conservar en temperaturas inferiores a 4 grados centígrados para que no pierdan sus propiedades

 

 

Por otro lado, existen también los probióticos, que son alimentos que contienen microorganismos vivos beneficiosos para el ser humano con una estrecha relación con los prebióticos, las fibras vegetales que sirven como alimento para los probióticos.  La función principal de los probióticos es mantener las bacterias buenas del cuerpo, alimentadas por los prebióticos. Los primeros se encuentran en alimentos como el yogur o el chucrut, y los segundos se encuentran en bananas, hortalizas, cebollas, soja, entre otros.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA o FAO) y la Asociación Científica Internacional para Probióticos y Prebióticos (ISAPP) redefinieron en 2014 el término probiótico como “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped”. Además se nombraron aclaraciones sobre su uso y características relevantes para la consumición:

  • Subministración adecuada para cada persona. En adultos, la dosis tiene que ser entre 500 mg – 1.000 mg y con una duración de  5 o 6 semanas y un intervalo de descanso de 30 días. En niños, la cantidad tiene que ser entre el  30% y 50% de la dosis en adultos.
  • Saber la tipología de cepa y nomenclatura probiótica que es ya que dependiendo de a cuál pertenezca, sus beneficios residirán en el sistema gastrointestinal o inmunológico. 
  • Ser microorganismos vivos para que favorezcan la salud. Es decir, que formen parte de manera natural de la microbiota para resistir y poder repoblarla.

Sin embargo, sí preocupa mantener controlado el  sistema inmunitario, es fundamental tener hábitos saludables. Es decir, dormir lo suficiente, comer abundante cantidad de alimentos integrales de origen vegetal, fermentados y grasas saludables, limitar los azúcares añadidos, hacer ejercicio moderado, mantenerse hidratado, intentar controlar los niveles de estrés. La nutricionista Blanca García-Orea, conocida en las redes sociales como @blancnutri, especialista en nutrición digestiva y hormonal, con un máster en Microbiota Humana, cuenta los beneficios de alimentar bien el cuerpo humano.

 

Para ampliar la información sobre probióticos, puedes consultar el artículo publicado por la revista científica Ars Pharmaceutica y la Guía de la Organización Mundial de Gastroenterología.