blue monday

 

El día 17, tercer lunes de enero, es el temido Blue Monday, el día más triste del año. O quizá no. Hay quien dice que el verdadero Blue Monday es el segundo lunes de enero. Y también hay quien dice, científicos y psicólogos en su mayor parte, que el Blue Monday es un invento.

Todo empieza en 2005 con una campaña publicitaria de una agencia de viajes, la ahora desaparecida Sky Travel, que aseguraba poseer una fórmula que “nos permite calcular el día con mayor ‘factor de depresión’, que puedes utilizar como foco para mejorar las cosas, reservar tus vacaciones, etc.…» ¿Cómo era esto posible? con la siguiente ecuación. 

 

Con esta ecuación diseñada para la ocasión por el Dr. Cliff Arnall, según Sky Travel profesor de psicología de la universidad de Cardiff (en realidad había dado un curso de verano allí el año anterior). Las variables que utiliza incluyen “tiempo desde Navidad”, “nivel de motivación” o “tiempo desde que fracasaron nuestras resoluciones de Año Nuevo”, entre otras más que no son exactamente parte del sistema métrico.  

El propio Arnall ha admitido que la ecuación “no tiene sentido” y que la diseñó como una “profecía autocumplida” para la campaña de Sky. Arnall incluso protagonizó una campaña de turismo de Canarias llamada #StopBlueMonday, en la que recomendaba “construir la felicidad día a día, para acabar con toda fórmula cuyo producto sean días tristes y deprimentes”. Ben Goldacre, columnista de The Guardian, ha revelado que la nota de prensa de la campaña fue enviada antes de su publicación a varios académicos, a los que se les ofreció una remuneración económica a cambio de dar su apoyo a la ecuación.

 

 

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Dean Burnett, que sí es profesor de la universidad de Cardiff y se ha convertido en un colaborador habitual en medios británicos cada tercer lunes de enero, ha calificado repetidamente a todo el asunto como “absurdo” y “ridículo”, además de publicar ecuaciones del estilo que permiten establecer “científicamente” dónde encontrar las mejores patatas fritas o el momento óptimo de la tarde para pasear a tu perro. Pero Burnett también se lo toma en serio: “Creo firmemente que la pseudociencia (como esta ecuación) presentada regularmente como verdadera ciencia en los medios hace daño a la comprensión pública de la ciencia y la psicología. Además es irrespetuoso con quienes sufren de auténtica depresión, sugiriendo que es algo temporal, menor y sufrido por todo el mundo en vez de lo que puede ser una condición crónica e incapacitante”.

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Según Rosa María Baños, catedrática de psicología de la universidad de Valencia, sí que existen evidencias científicas de que factores como el clima, la luz o las condiciones económicas y sociales influyen de manera determinante en el estado de ánimo, “pero científicamente es imposible que el día más triste del año sea el mismo para todo el mundo”.  Jaime del Corral, psiquiatra de la Clínica La Paz, señala que Arnall “ha tomado una serie de elementos negativos y ha hecho una ecuación de forma arbitraria para deducir que es el peor día del año”.

“Esa estimación se hizo desde el Reino Unido, con unas características climáticas y de costumbres muy diferentes de las reinantes en España”, añade Elena Daprá, psicóloga clínica y experta en bienestar psicológico en la empresa.

¿Qué es el Blue Monday, entonces? Marketing.

Según una de las leyes del marketing todo tipo de evento puede convertirse en una oportunidad para generar ventas. Así nació el Black Friday, para aprovechar el día después de Acción de Gracias cuando en Estados Unidos todo el mundo estaba de vacaciones y en la calle viendo el desfile. Y así nació el Blue Monday, solo que esta vez no había evento ninguno y tuvieron que inventárselo. Y nada mejor que crear un evento emocional, ya que una de las técnicas de marketing más efectivas es conectar con los sentimientos del público para crear empatía.

Lo que sí es cierto es que ir de compras es bueno para la moral. Un estudio realizado por el Journal of Consumer Psychology ha demostrado que durante el proceso de compra se generan endorfinas y aumentan los niveles de dopamina, lo que nos hace sentirnos mejor y multiplica la sensación de bienestar.

Según Eva Martín, CEO de Tiendeo: “Las enseñas y marcas son muy conscientes de esta situación y apelan a emociones positivas para atraer a los consumidores con ofertas y descuentos en esta fecha tan singular. Igual que el Black Friday o San Valentín, el Blue Monday suele tener muy buena acogida”.

Entre los productos más buscados el tercer lunes de enero encontramos, por orden, la televisión (3,8% de las búsquedas), los móviles (2,5%), la lavadora (2,4%), los sofás (1,8%), los colchones (1,4%) y la estufa de leña (1,4%), lo que quizá muestre el deseo de los consumidores de realizar mejoras en su vida cotidiana.

El Blue Monday es la consecuencia de una campaña publicitaria tan exitosa que sigue en uso quince años después y prácticamente tiene su festivo propio. Especialmente en Reino Unido, donde se creó y donde más tirón tiene, es una oportunidad de oro para realizar campañas de visibilidad y conectar emocionalmente con el cliente. Pero cada vez más compañías están sumando a esto un tercer objetivo: hacer algo bueno.

La cadena de supermercados Tesco lleva años celebrando el Blueberry Monday, una campaña que durante dos horas de este día permite obtener fruta gratuita en sus locales como forma de luchar contra la crisis de obesidad británica y ayudar a compensar los excesos navideños. La ong Samaritans organiza todos los lunes de enero y febrero Brew Mondays, en los que invita a los participantes a tomar té, hablar sobre salud mental y realizar donaciones.  Muchas otras organizan concursos en los que se pueden ganar desde cafés a entradas para conciertos o vuelos.