Es una costumbre muy nuestra. Salir el fin de semana, bien temprano, a dar un paseo y aprovechar el buen tiempo para sentarnos en una terraza a disfrutar del sol, de la buena de la compañía y de un buen aperitivo.
El único pero que se le puede poner a este plan es que podemos llegar a ingerir casi la totalidad de las calorías que necesitamos a lo largo del día en una única comida. Y, además, con pocos nutrientes.
Pero tampoco se trata ahora de demonizar la hora del vermú; no hay por qué renunciar a algo que nos aporta una buena dosis de felicidad. Con unas pautas fáciles de seguir podemos hacer que esta comida sea más saludable y que no suponga un extra demasiado “costoso” para nuestra salud.
Tengo sed…
La cerveza es la reina de los aperitivos. Partiendo de la base de que ninguna bebida alcohólica es saludable, si no quieres renunciar a su sabor, puedes pasarte a la sin alcohol. Al ser, además, una bebida a base de cereales, aporta nutrientes y minerales pero, a su vez, un gran número de calorías que pueden desequilibrar el consumo diario recomendado. Por eso lo más recomendable siempre es no excederse.
Los refrescos azucarados son otra de las bebidas a evitar. Un vaso de cola contiene 27 gramos de azúcar libre, exactamente la cantidad que la OMS recomienda no superar al día para una dieta saludable. Como alternativa, puedes sustituirlos por las versiones edulcoradas (siempre y cuando su consumo sea también esporádico).
Una opción saludable es el agua con gas, con hielo y limón o con otras frutas. No aporta calorías y es muy refrescante.
Otras bebidas nutritivas, que con el buen tiempo hacen su aparición en muchos bares, son el gazpacho andaluz y el ajoblanco cordobés. No solo saciarán tu sed sino que también te alimentarán y te aportarán una buena dosis de vitaminas y minerales.
Un agua con gas, con hielo y limón, es una opción muy refrescante que te aporta 0 calorías
Tengo hambre…
Aquí las patatas bravas son las verdaderas protagonistas. Son el aperitivo más preparado en los bares de España y hasta hay quien se dedica a buscar las mejores de su ciudad. Desde luego, son irresistibles, por eso no te vamos a decir que renuncies a ellas pero sí que intentes consumirlas siempre con moderación.
Por ejemplo, para contrarrestar que es un producto frito y con salsa –lo que aumenta considerablemente su porcentaje en grasa y azúcares–, opta por pedir otros alimentos como verduras (alcachofas, piquillos, espárragos…) y mariscos (mejillones, berberechos…) en conserva o pescados a la brasa para hacer de contrapunto a la ingesta de calorías. Los frutos secos sin sal pueden ser también una buena opción siempre y cuando se tomen con moderación.
Opta por alimentos que no estén fritos, como los pescados y las verduras en conserva o a la brasa
Si te has decidido a llevar una alimentación más saludable pero sin renunciar a algún pequeño capricho de vez en cuando, piensa en tu dieta de forma global. Es decir, no en lo que consumes a diario sino más bien cada semana o quincena. La frase “por un día no pasa nada” solo es aplicable si realmente se trata de un alimento esporádico en nuestra dieta habitual. Si cada día nos permitimos consumir algún producto menos recomendable, como una copa de vino, un refresco con azúcar, una pieza de bollería industrial… al final, nuestra alimentación global se resentirá y nuestro cuerpo lo notará.
Asepeyo, como empresa certificada en el modelo de gestión de Empresa Saludable, está comprometida con los principios de promoción de la salud y bienestar de los empleados. En base a estos principios, se diseñó el proyecto de alimentación saludable, en el que encontrarás asesoramiento sobre cómo conseguir una dieta equilibrada y saludable basada en la denominada Dieta Mediterránea:
Dentro de este proyecto, asimismo, se exponen una serie de recomendaciones y consejos básicos para llevar a cabo una alimentación sana en cualquier momento del día (folleto informativo hábitos alimentarios saludables) o cómo combatir un ataque de hambre saludablemente).