Para las personas a quienes les gusta correr, descubrir nuevos lugares haciendo running puede convertirse en la mejor forma de hacer turismo. Es una opción saludable que se está poniendo cada vez más de moda y muchas ciudades alrededor del mundo cuentan con carreras, rutas y circuitos para recorrer sus lugares más emblemáticos mientras se hace deporte.

Muchos amantes del running meten siempre en la maleta unas zapatillas deportivas, por si surge la oportunidad de dedicar un rato a correr en algún momento del viaje. Pero esta práctica puede convertirse en la excusa perfecta para descubrir nuevos lugares, aprovechando la afición deportiva para conocer destinos turísticos de una forma diferente. Las posibilidades son casi infinitas, desde los barrios antiguos de una ciudad hasta los grandes monumentos que forman parte del Patrimonio de la Humanidad. Hay además opciones para todos los gustos, tanto duras maratones para los más expertos como circuitos familiares donde correr se convierte en una fiesta.

Descubriendo las ciudades más bonitas del mundo con la prueba reina

Casi todas las grandes urbes cuentan a día de hoy con una maratón que recorre sus calles principales, pero existen algunas especialmente emblemáticas que todo corredor de maratones querría realizar, al menos una vez en la vida. Sin duda, la primera de ellas es la de Nueva York, una cita imprescindible que sirve también para visitar de otra manera la Gran Manzana. Ese día toda la ciudad se vuelca en la famosa prueba, donde más de 50.000 personas recorren los principales barrios de Nueva York, como Brooklyn, Queens, Bronx y Manhattan.

Berlín es otra de las maratones más famosas del mundo. Es conocida por ser la carrera de los récords, puesto que se han batido varias marcas mundiales y ostenta el récord actual, de Eliud Kipchoge, situado en 2h 01:39. Esta prueba es también un viaje por la historia, puesto que permite recorrer algunos de los lugares que han marcado el siglo XX en Europa.

Ambas ciudades forman parte del prestigioso grupo World Marathon Majors, integrado por las maratones más importantes del mundo, donde están también Londres, Chicago, Boston y Tokio. Cada año, estas citas deportivas congregan a miles de corredores y no resulta nada fácil conseguir un dorsal. Para ello, es imprescindible acreditar la marca mínima que establece la organización, o participar en los sorteos y cruzar los dedos para obtener una plaza.

Pero no hace falta irse tan lejos para disfrutar de la belleza de una ciudad mientras se recorren los 42’195 km de la maratón. Capitales como Mallorca, San Sebastián o Valencia cuentan también con famosas maratones que recorren los cascos antiguos y las calles más bonitas de sus ciudades. En el caso de Valencia, además, todos sus habitantes se vuelcan en este acontecimiento, con actividades gastronómicas, lúdicas y deportivas para todas las edades antes y después de la prueba, incluyendo incluso una Paella Party.

Las carreras más exóticas y originales

Camboya esconde uno de los mayores tesoros de la Humanidad, el templo de Angkor Wat. Este conjunto hinduista, que data del siglo XII, está considerado la mayor estructura religiosa del mundo y cada año organiza una carrera benéfica de media maratón y 10 km. Además de contribuir a proyectos sociales en el territorio, esta carrera es una ocasión única para adentrarse en la ciudad perdida de Angkor y sus secretos, situada en plena selva camboyana.

Para los deportistas amantes del misterio y las leyendas, otra original carrera es la que se realiza alrededor del Lago Ness cada mes de septiembre. En este caso, existen diferentes opciones: maratón, 10km, 5km y carrera infantil. Esta carrera se ha convertido en una gran fiesta familiar en la que participan tanto habitantes de los alrededores como turistas, con la esperanza de que asome su cabeza el monstruo Nessie.

La tierra del vino, al norte de Burdeos, cuenta con una de las carreras de atletismo más curiosas, donde el objetivo no es tanto llegar rápido a la meta como pasarlo bien por el camino. Se trata de la Maratón de Medoc, que recorre varios pueblos de esta región francesa. En los puestos de avituallamiento, además de agua los corredores pueden catar las cerca de 20 clases diferentes de vino procedentes de las cosechas locales y acompañarlo con queso, dulces y embutidos. La mayoría de participantes van disfrazados y las bandas locales amenizan el recorrido, que pasa por bonitos paisajes de castillos y viñedos.

El running puede ser también la escusa perfecta para descubrir uno de los países más herméticos del planeta, Corea del Norte. Anualmente se celebra la carrera de Pyongyang, una prueba que se ha convertido en uno de los eventos más celebrados por los habitantes de la capital. No resulta fácil participar, puesto que anualmente solo 5.000 turistas entran en el país, pero, si se consigue, es sin duda una forma única de conocer Corea del Norte.

Rutas nocturnas a la luz de las antorchas

Cada vez más ciudades se han sumado a la iniciativa de realizar carreras nocturnas por sus calles, lo que permite disfrutarlas de manera distinta. Una de las más encantadoras es la de Las Murallas, en Pamplona. Esta cita anual recorre los paseos amurallados pamploneses con una espectacular iluminación, que dibuja las sombras de los corredores en las paredes medievales. Realizar esta carrera es una forma de conocer uno de los complejos bélicos mejor conservados de España, accediendo a pasadizos de las murallas que solo se abren para ese día. La prueba cuenta con tres distancias distintas: 6 km, 10 km, y 18 km, además de una “carrera pirata” para niños y niñas de 3 a 14 años.

Otra carrera nocturna que cuenta con muchos seguidores es la del Guadalquivir, que se celebra el último viernes de septiembre en Sevilla y consiste en recorrer la ribera del río con 8’5 km aproximados de distancia. Esta prueba, conocida por los sevillanos como “la nocturna”, lleva ya 30 ediciones a sus espaldas y se ha convertido en una carrera popular que permite disfrutar de la ciudad visitando algunas de las zonas más emblemáticas de la capital andaluza.

Turismo y running en tu propia ciudad

El deporte puede ser también una forma para hacer turismo sin necesidad de salir de vacaciones, puesto que permite redescubrir tu propia ciudad de otra manera. Muchas urbes están sumando a su oferta turística rutas de running para recorrer sus barrios, incluyendo tanto las zonas más conocidas como también parques y zonas verdes de los alrededores que ofrecen otros paisajes de la ciudad.

En Barcelona, por ejemplo, existen varias rutas que pasan por el Parque Güell, Montjuïc, el Tibidabo o las diferentes playas, mientras que Bilbao cuenta con itinerarios de running que recorren el Casco Viejo, el paseo de la ría y, por supuesto, el Museo Guggenheim, o itinerarios más exigentes por los montes colindantes. En el caso de Madrid, existen incluso servicios de rutas de running guiadas, donde los participantes pueden realizar itinerarios corriendo acompañados de guías que explican la historia de la ciudad.