El verano llega a su fin. Ha finalizado ese periodo que siempre esperamos con deseo e ilusión, después de meses de duro e intenso trabajo. Este verano tampoco ha sido el que todos esperábamos. Llevamos sufriendo desde hace muchos meses situaciones complicadas, con muchos obstáculos, olas, vacunas, confinamientos… que han hecho que nos preocupáramos la salud de los nuestros, por el futuro de nuestro trabajo… A raíz de todo ello, tenemos el convencimiento de que seguramente la fisioterapia no volverá a ser como la hemos concebido siempre.

Muchas cosas han cambiado, y todos tenemos la certeza de que un gran número de estos cambios han venido para quedarse, pese a la tranquilidad que pueda ofrecernos la vacunación masiva de la población. La distancia de seguridad, las medidas de prevención de contagios, la atención personalizada y el abordaje específico de pacientes con afectación por COVID-19 han hecho variar completamente la forma de atenderles. Más aún si tenemos en cuenta que nuestra profesión es, principalmente, de contacto estrecho con el paciente; para explorar, para movilizar, para aplicar gran parte de las técnicas del arsenal terapéutico del que disponemos.

Esta situación vivida ha servido para darnos cuenta también de la importancia de unos de los paradigmas de la fisioterapia; que no es otro que el de la calidad asistencial. No hace falta recordar cuáles han sido las medidas a lo largo de las “olas” que hemos ido superando, remando todos en la misma dirección. Garantizar la distancia de seguridad, atender de forma personalizada a los pacientes, invertir tiempo en la higiene de los espacios y del material… Todo ello ha supuesto un gran esfuerzo de adaptación, pero también ha permitido, en muchas ocasiones, poder atender a los pacientes en unas condiciones óptimas en cuanto a tiempo de dedicación. Del resultado evolutivo del paciente, invirtiendo el tiempo del que no disponemos en situaciones habituales, se desprenderá la mejora que supone tratarles a todos ellos con mayor calidad asistencial. Y ésta, debería ser siempre la manera.

Como colectivo, nos queda mucho camino por recorrer. Tenemos que seguir mejorando, pero sin renunciar a velar por una fisioterapia de calidad para cada uno de nuestros pacientes, por mucho que en ocasiones las infraestructuras de atención sanitaria no lo permitan. 

Nos gustaría terminar valorando, una vez más, el esfuerzo que todos los fisioterapeutas han realizado durante este más de año y medio, un largo periodo de dificultades e incertidumbres. Ahora toca seguir remando todos juntos en la misma dirección, con nuestro trabajo diario, recuperando aquello que hemos hecho día tras día, para afrontar los nuevos retos que llegarán. Seguro que conseguiremos superarlos, como todo lo que nos hemos propuesto hasta ahora, desde la profesionalidad y los valores de vocación y servicio que nos caracterizan.

¡Feliz Día de la Fisioterapia 2021!

 

Dirección de Asistencia Sanitaria