Hace años que oímos hablar del cambio climático, del calentamiento global y de sus graves consecuencias en el medio ambiente pero, una vez pasada la euforia inicial del Acuerdo de 2015 en París (los países se comprometieron a reducir sus emisiones de gases), la realidad es que no hemos avanzado mucho para conseguir un planeta mejor. La verdad es que la concentración de gases en nuestra atmósfera no sólo no ha disminuido, sino que ha aumentado considerablemente y así lo han reconocido mandatarios internacionales de alrededor de 200 países en la reciente cumbre de Glasgow (COP26).

La alteración del clima provoca migraciones climáticas, pérdidas de cosechas y esto se traduce en hambre y desertificación. Los gobiernos se han comprometido a mejorar sus planes climáticos para 2030, durante el próximo año, y esperamos que así sea.

No estamos delante de una crisis sanitaria, ni económica…pero sí es una crisis climática, que nos afecta a todos por igual, y donde está en juego la supervivencia del mundo tal y como lo conocemos. Se hace necesario, y de forma urgente, recortar las emisiones de gases de efecto invernadero y es tarea de cada uno de nosotros contribuir para que así sea. La suma de acciones que hacemos para mejorar el medio ambiente tiene que ir en una única dirección: evitar que la temperatura media del planeta siga subiendo. Nos quedamos sin tiempo, si queremos conservar nuestros océanos, nuestros bosques, nuestros paisajes… Por eso, queremos recordarte que la suma de pequeños gestos individuales pueden suponer un gran cambio para el conjunto del planeta.