Consumo responsable de energía

La decisión está en tu mano

El consumo energético en España, como en el resto del mundo, se sustenta principalmente en las fuentes de energía de origen fósil, especialmente en el petróleo (del que importa el 99%). Se trata de recursos limitados, que dejan un importante impacto en la naturaleza por su extracción, transporte y consumo.
Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), desde los años noventa, el consumo energético de los hogares españoles ha evolucionado por encima del crecimiento de la población, a una tasa tres veces superior. El alza continua del equipamiento de las viviendas, sitúa el gasto medio en electricidad en casi 4.000 kWh anuales, del que los electrodomésticos suponen un 61,8%, un elevado porcentaje que no cesa de crecer.
Por estos motivos, es importante ser conscientes del valor de realizar un consumo responsable de energía, promoviendo el ahorro como medio para contribuir a la conservación del medio ambiente. ¿Y cómo hacerlo? Hay numerosas acciones a tener en cuenta, pero las más sencillas están en pequeños gestos de la vida cotidiana.

ILUMINACIÓN
Las bombillas de bajo consumo ahorran hasta un 75% de consumo y, como apunta FACUA, impiden que media tonelada de CO2 llegue a la atmósfera, que es lo que emite una bombilla incandescente durante su vida útil. También es recomendable evitar fluorescentes, en las habitaciones donde la luz se enciende y apaga con frecuencia. Y, por supuesto, tener cuidado con las luces innecesarias.

CALEFACCIÓN
Instalar un termostato que regule la temperatura entre 18 y 20º, así como un temporizador que ajuste el tiempo de funcionamiento. Antes de que llegue el frío, es conveniente revisar periódicamente los sistemas de calefacción para un consumo más eficiente y evitar pérdidas de calor.

COCINA
Cuando estemos cocinando, debemos emplear fuegos adecuados a los recipientes que usamos, así como recipientes proporcionales a la cantidad de comida que preparamos (cocer un huevo en una olla grande no tiene sentido). Contamos, además, con una buena aliada para invertir menos tiempo y energía: la olla exprés.

ELECTRODOMÉSTICOS
Comprobar la temperatura del frigorífico, si está 10 grados más frío de lo necesario el consumo de energía aumenta un 25%. Al utilizar la lavadora, es preferible hacerlo con programas de lavado en frío y dejar el agua caliente para ropa muy sucia. Finalmente, aunque resulte una obviedad, no debemos encender aparatos eléctricos innecesarios.

Con las buenas prácticas de consumo responsable contribuimos a reducir el impacto sobre el medio ambiente. Aplicando las 3 R (reciclar, reducir y reutilizar) se preservan los recursos naturales del planeta, que son limitados. Como afirma la ONU, “si la población mundial llegase a alcanzar los 9.600 millones en 2050, se necesitaría el equivalente a casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales precisos para mantener el estilo de vida actual”.
Las cifras hablan por sí solas. Según un estudio elaborado por IDAE sobre “Consumo Energético del Sector Residencial”, se destinan 546 € anuales al uso de los electrodomésticos. De ahí que siempre sea preferible tener electrodomésticos eficientes y utilizarlos correctamente para que la factura no suba desproporcionadamente. Sustituir, por ejemplo, un electrodoméstico de clase B por uno de clase A++ puede ahorrar 600 € a lo largo de su vida útil. Igual sucede con las bombillas de bajo consumo, ya que, como afirma Naciones Unidas, si todas las personas del mundo usaran esta iluminación, se ahorrarían 120.000 millones de dólares en todo el planeta.

Standby: cuidado con el consumo fantasma

El consumo fantasma de electricidad es el de los aparatos electrónicos enchufados permanentemente a la red. O sea, hablamos del consumo de estos dispositivos cuando están en standby, preparados para para ser usados en cualquier momento.
Se estima que genera entre un 7 y un 11% del consumo eléctrico de un hogar medio, lo cual no es despreciable, pues según IDAE, cada hogar español consume unos 3.000 kWh de electricidad al año, con un precio entre 0,13 y 0,15 euros el kWh. Así, si echamos mano de la calculadora, descubrimos que el standby nos hace gastar entre 32 y 58 euros al año, que podrían invertirse en algo más útil.

2020, fue el año de las renovables en España

Las cifras hablan por sí solas. Las energías renovables siguen avanzando en España y alcanzaron un nuevo récord en la generación de electricidad. Según los datos de Red Eléctrica Española, estas tecnologías (eólica, solar e hidráulica) produjeron en 2020 el 43,6% de toda la electricidad consumida en el país. Se trata del dato más elevado desde que se registra esta magnitud (2007).
Esta máxima cuota en la producción de la energía verde se debe, sobre todo, a las condiciones climáticas favorables y a un mayor empleo del viento y el sol como combustibles naturales.