Paloma Sampedro Duque, es abogada en el centro de Valladolid. Con 20 años de experiencia, se incorporó en Asepeyo en el año 2003 y, desde entonces, ha formado parte del Servicio de Prevención y la Dirección Autonómica de Castilla y León, asumiendo distintos roles. Recientemente ha sido galardonada en el III Premio jóvenes abogados Antonio Hernández-Gil, en el que se reconocen los mejores expedientes académicos. Hemos querido que comparta con nosotros qué ha supuesto este reconocimiento y su recorrido profesional y así tener la oportunidad de conocer un poco más en detalle a esta brillante profesional y persona.

 

Cómo viviste aquel día del premio. ¿Qué te pasaba por la cabeza?

Fue un momento de felicidad, me sentí muy satisfecha y orgullosa. Había conseguido los objetivos que me propuse hace cuatro años y, el ser seleccionada para recibir este premio, suponía que los había alcanzado con unos resultados extraordinarios.

      

¿Qué desafíos enfrentaste durante tu carrera académica y cómo los superaste para alcanzar el mejor expediente? 

Este es mi tercer título universitario, pero a diferencia de los dos anteriores, esta carrera la he cursado con familia y con trabajo a tiempo completo. Para mí, el mayor desafío, fue encontrar el tiempo para estudiar. El objetivo era ejercer como Abogada, para ello debía superar el Grado en Derecho, el Máster habilitante y el examen de Abogacía. Era una meta a largo plazo. En principio, no valoré que me fuera a resultar tan exigente y fui demasiado optimista. Después entendí que lo fundamental para tener éxito era ser muy organizada, cumplir los plazos y ser constante. Lo puedo resumir en fijar pequeños objetivos y cumplirlos uno a uno, sin pensar en los que restaban por alcanzar.

 

¿Cómo crees que tus logros académicos contribuyen a tu desempeño laboral y aportan valor a nuestro equipo? 

Creo que es muy importante la formación y tener conocimientos amplios, tanto genéricos como específicos que te permitan poder realizar tu actividad laboral con cierta soltura y confianza. Lo que puedo aportar al equipo jurídico es un conocimiento del Derecho más actualizado y el valor del trabajo en equipo. Con los nuevos planes, el trabajo del día a día tiene más peso en la evaluación, es decir, la evaluación continúa. Esto requiere además de la organización, el ser constante. Como anécdota, existen muchas prácticas que deben ser ejecutadas en grupo y lo más curioso que he hecho es presentar un proyecto con mis compañeros con un avatar en un entorno virtual, esto entre otras cosas ejercita el sentido del humor. 

 

¿Hubo algún profesor o mentor que haya tenido un impacto significativo en tu educación? 

En esta etapa son muchos los que me han dejado huella, la madurez hace que puedas aprovechar mucho más y seas consciente de la transmisión de enseñanzas. Pero destacaría a tres:

Aitor Martínez Jiménez, por su amplio conocimiento del Derecho Penal y su disciplina y rigor al impartir las clases. María del Ángel Iglesias Vázquez, por contagiarnos su pasión por el Derecho Internacional y conseguir que disfrutaramos, no me perdí ninguna de sus clases. Y por último Ángel Trinidad Tornel, por ayudarme a superar una asignatura más técnica con el Derecho Urbanístico con una magnífica calificación, nunca lo hubiera creído. 

 

¿Cómo te ha influenciado en tu desarrollo profesional? Creo que lo que todos me han inculcado es el trabajo continuado y sistemático para conseguir mis retos. 

Día de jura como abogada de Paloma junto a su padrino de Jura

¿Cómo lograste equilibrar tus responsabilidades académicas con otras actividades extracurriculares o profesionales durante tu tiempo en la escuela? 

Bueno, no tengo muy claro que consiguiera el equilibrio, tal vez a costa de falta de sueño, mucho sacrificio y fuerza de voluntad. Tengo un marido estupendo que me ha ayudado mucho y ha tomado más responsabilidades en el ámbito familiar cuando yo no llegaba. Estoy convencida que sin el apoyo familiar no hubiera sido posible.

 

¿Cuál fue el proyecto académico del que te sientes más orgullosa y por qué? 

Presentar mi proyecto fin de grado (TFG) con el título: “La delgada línea de la determinación de contingencia”. Lo disfruté muchísimo porque era investigar sobre un tema sobre el que ya tenía conocimientos. También era un desafío porque no existe mucha bibliografía y hubo que esforzarse para avalar las conclusiones desde el criterio académico. Fue satisfactorio presentar en la Universidad un tema tan especializado dentro del Derecho de la Seguridad Social.

 

¿Cómo incorporas el aprendizaje continuo en tu vida profesional para seguir destacando en tu campo? 

Desde la curiosidad, el interés por seguir aprendiendo y adquiriendo nuevas capacidades tecnológicas que tenemos a nuestro alcance. El Derecho está vivo y el Social más aún, las modificaciones legislativas se suceden, por lo que nunca dejamos de actualizarnos y formarnos. El Real Decreto–Ley 6/2023 de 19 de diciembre, es uno de los que tengo sobre la mesa.

 

¿Qué consejos le darías a otros empleados que buscan alcanzar un rendimiento académico excepcional mientras trabajan a tiempo completo? 

Primero es preguntarse qué es lo que quiero hacer y para que lo quiero. Y si la respuesta compensa adelante. Y si tengo que aconsejar una fórmula, no hay otra que: planificación, esfuerzo y sacrificio. Por último, destacar que es importante tener una red de compañeros en los que poder apoyarse unos a otros, porque el camino es duro y solo más.

 

Finalmente, ¿cómo planeas seguir creciendo profesionalmente y aplicando tus habilidades académicas en futuros desafíos en nuestra empresa?

Llevo 20 años en Asepeyo. En estos años he podido conocer muchas áreas y funciones dentro de la empresa y tener un conocimiento global de lo que significa una Mutua. Sobre todo que todas las tareas son importantes y que el conjunto de ellas es lo que hace avanzar y conseguir nuestra misión. Me gustaría dar las gracias a mis managers, Silvia Ferré, Vicenç Aparicio, Javier Toca y Tato Perea, que durante estos años me han permitido asumir diferentes funciones y retos, ha potenciado mi formación y han contribuido a desarrollar mi carrera profesional. Muchas gracias por confiar en mí. 

Mi intención es seguir representando y defendiendo los intereses de la Mutua en la Jurisdicción Social, ejerciendo a partir de ahora como Abogada, además de estar a disposición de todo aquello para lo que la Organización me requiera.