A estas alturas seguro que muchos ya han planificado o contratado sus vacaciones. Pero si estás entre esas personas que todavía no lo tienen claro, te recomendamos que eches un vistazo a este artículo y tengas en cuenta los pueblos como un posible destino. Te sorprenderán.

Todos sabemos que el contacto con la naturaleza es muy gratificante. Si algo se echa de menos cuando se vive en la ciudad es respirar aire puro y pasear entre paisajes verdes. Tener la oportunidad de ver la naturaleza desde tu ventana es un lujo que, sin duda, todos queremos permitirnos, aunque sea durante unos días.

Desconexión, acampadas, rutas en bici, senderismo, actividades acuáticas… Si buscas unas vacaciones llenas de actividad y no parar, con este destino no te aburrirás. En cambio, si lo que buscas es un turismo más de relax, aquí también lo puedes tener. Las vacaciones para descansar y no hacer nada también tienen cabida y  ya  puedes olvidarte de tener que estar horas pensando en qué meter en la maleta, ¡con un par de cosas es más que suficiente! Adiós al equipaje y al despertador, toca echar la siesta y olvidarse de los horarios y rutinas.

¿Quién dice que no hay nada que hacer en los pueblos? La cantidad de historia, cultura, monumentos o museos que puedes visitar te sorprenderá, y todo ello sin preocuparte de colas ni de reservas. Sin duda todo esto convierte los pueblos en un destino ideal para toda la familia, en especial para los niños, ya que pueden jugar al aire libre con libertad incluso por las noches. 

Son vacaciones low cost. El ahorro es notable, además, la bondad de los lugareños al ofrecer o intercambiar comida es algo que no se tiene en las grandes ciudades. Los bares más íntimos,  los restaurantes de comida de la zona y en grandes cantidades… Todo esto conforma unas vacaciones con un encanto especial. 

El entorno rural invita a llevar un estilo de vida más saludable, apetece dejar el coche aparcado para salir a andar o recuperar la bicicleta. No hay prisas esos días y se tiene tiempo de sobra para los buenos hábitos como es el ejercicio.  Además, un tópico bien acertado es que la fruta y las verduras saben mucho mejor, no hay nada como los alimentos frescos. La alegría de una buena conversación, un saludo amable por las mañanas que en la gran ciudad no tienes o sencillamente, la proximidad típica de pueblo, es algo que se agradece y valora.

El pueblo es, sin duda, un buen lugar donde pasar las vacaciones.