La navidad es una época especial que se celebra en numerosas partes del mundo, y en todas ellas, estos días tienen muchas cosas en común, como los encuentros en familia, la magia de la víspera antes de los regalos o la ilusión por compartir platos típicos con las personas queridas. Aún así, cada país o región cuenta con sus propias tradiciones y hemos querido acercarnos a algunas de ellas gracias a la colaboración de compañeros de la mutua, quienes nos explican en primera persona cómo se celebra la navidad en su tierra natal.

 

MARIA BAEVA (Rusia) – Hospital de Coslada

En Rusia, la Navidad se celebra el 7 de enero, según el antiguo calendario gregoriano. El Año Nuevo, al igual que en España, se celebra la noche del 31 de diciembre al 1 de enero, y lo mejor es que todos los días entre el 1 y 7 de enero son festivos para todos. Imaginad, ¡menudas vacaciones! La celebración de la Navidad como tal es relativamente reciente, puesto que en la Unión Soviética comunista no era una fiesta aceptada por el régimen ateísta. De modo que cuando yo era pequeña se celebraba únicamente el Año Nuevo y tradicionalmente esa sigue siendo la fecha en que se intercambian los regalos.

El encargado de traerlos es Ded Moroz, el Abuelo Frío, que desafía las nieves y ventiscas en su trineo tirado por caballos y cargado de ilusiones. Deja los regalos bajo el árbol de Navidad, decorado con las mejores galas. Es muy habitual comprar árboles naturales tan altos como permita la altura de los techos, aunque recientemente también se están poniendo de moda los belenes. Por supuesto, tanto en Año Nuevo como en Navidad, en las mesas se reúnen familias y amigos y se comparten las mejores viandas. Tratándose de Rusia, ¡el caviar y el champán no pueden faltar en ninguna celebración!

Una costumbre española que fue nueva para mí es la de comer las 12 uvas al son de las 12 campanadas en Fin de Año. Me encanta, y ahora mi familia y amigos en Rusia también lo hacen al son de las campanadas del Kremlin. Este año pasaremos la Navidad en España, como siempre en familia. Mis hijas son pequeñas y todavía no me he atrevido a exponerlas a los rigores del invierno ruso…

Tampoco a mi marido, ¡por mucho que sea de Ávila y diga que los abulenses no tienen frío!

En Venezuela, la Navidad es una fiesta religiosa y cada año se celebra el nacimiento del niño Jesús. Yo soy de la región de los Andes venezolanos, la zona más fría por pertenecer a la Cordillera de los Andes. Entre el 16 y el 24 de diciembre se celebran las tradicionales misas de aguinaldo, dando inicio así a las fiestas navideñas. Cada madrugada durante esos ocho días, la gente sale de sus casas para cantar gaitas y villancicos con alegría por las calles. Al culminar la misa, sobre las seis y media de la mañana, se disfruta de las divertidas e inigualables patinadas, con patines y monopatines.

El 24 de diciembre, víspera del nacimiento de Jesús, preparamos los tradicionales platos típicos navideños, como las hallacas, el pan de jamón, el pernil relleno y la rica ensalada de gallina, sin olvidar la típica leche de burra y los sabrosos dulces de lechoza, cabello de ángel e higos rellenos. En nuestros hogares no faltan las luces decorativas, la guirnalda en las puertas, el especial pesebre y el colorido árbol de navidad, lleno de cartas para el niño Jesús. Pasadas las doce de la noche, comienza el intercambio de regalos que son dejados en el árbol por el niño Jesús. La velada culmina el día 24 rezando el rosario en familia, agradeciendo lo vivido y lo que vendrá.

El 31 de diciembre, los venezolanos se visten con sus mejores galas para recibir el año al son de la música, los fuegos artificiales, el caluroso abrazo de feliz año, las uvas del tiempo y las ricas lentejas para la abundancia. Imposible dejar de mencionar la quema del año viejo, un muñeco hecho de ropas viejas relleno con serrín, morteros y un sin número de tranqui-tranqui y cohetes. Para cerrar las fiestas religiosas de Navidad, el 2 de febrero se hace la tradicional paradura del niño Jesús, fiesta típica de los Andes venezolanos.
Desde hace más de 10 años, al llegar las fechas navideñas siento nostalgia por no estar cerca de mi gente querida, pero por otra parte doy gracias a Dios por mi familia española, la familia de mi esposo que me ha cobijado, y con ellos celebramos con alegría estas fiestas.