No ha pasado ni una década desde que el llamado Black Friday, el último viernes de noviembre, llenara de ofertas la antesala de la Navidad y se ha convertido en toda una costumbre prenavideña. En este evento comercial importado de Estados Unidos no importa el tamaño, la gran mayoría de los establecimientos (de los más grandes a los más modestos) se han lanzado a conquistar los corazones, y las billeteras, de un cliente que está aprendiendo a encontrar las propuestas más ventajosas.

Este 2019, los descuentos comienzan a aplicarse oficialmente el 29 de diciembre para terminar el 2 de diciembre, con el Cyber Monday, un día enfocado a la compra a través de internet y… una bendición para los rezagados, que aún pueden encontrar artículos a precios más reducidos.

Pero, ¡atención! No es oro todo lo que reluce. Tras los anuncios que llaman nuestra atención, hay trampas para los más incautos. Toca estar atentos para que nuestros derechos como consumidores no resulten perjudicados. Como premisa general, todo un clásico, mirar la letra pequeña ante posibles fraudes, especialmente en la venta on line.

La primera recomendación pasa por elegir cuidadosamente lo que queremos y marcarnos un presupuesto, más o menos inflexible. Así, cuando estemos expuestos al torrente publicitario que nos bombardeará a todas horas, podremos valorar las cualidades de cada producto y no derrochar en compras que acaban, seamos sinceros, mejor un cajón o aparcados.

Y aquí entra la labor más delicada: comparar precios. Que una etiqueta anuncie un jugoso descuento no quiere decir, necesariamente, que sea más barato que otro de las mismas características que no tiene oferta alguna. No siempre las tiendas y comercios on line juegan limpio con la clientela, ya que alguna intentará hacernos creer que nos llevamos una ganga a casa cuando estamos pagando más que un día normal.

Si buscamos renovar nuestro vestuario, a lo mejor el Black Friday, no es la mejor opción. No te conformes con una rebaja inferior al 40%. Si los descuentos no cumplen nuestras expectativas, en las rebajas de invierno podremos comprar a precios sensiblemente más bajos. Afortunadamente contamos con webs que nos facilitarán notablemente esta tarea como camel camel camel, Keepa, RadarPrice, Google Shopping o Encuentraprecios.es.

Junto al precio final, ¡siempre!, tiene que figurar el precio anterior o el porcentaje de rebaja. Es un buen momento para ejercer nuestro autocontrol y retirar el dedito del ratón o dejar nuestra tarjeta en el bolsillo. Antes de entregar nuestro dinero, verificamos si el precio anterior es real o lo han inflado para dar más empaque al descuento. Más tarde siempre significa demasiado tarde.

No faltarán ocasiones en las que en las tiendas electrónicas nos presionan con ofertas limitadas. Si no tenemos mucha prisa, lo más sensato es esperar a última hora del día, en la que ya las ofertas son superiores para retirar fondos de stock. Si es posible, consulta el precio cada dos horas para ver cómo va la cosa. Seguro que hay suerte.

Y recordemos que nuestra identidad en internet es un tesoro que debemos cuidar estos días. Por eso, nuestras compras las debemos llevar a cabo en páginas seguras. Las estafas de los ciberdelincuentes están a la orden del día. Así podremos recibir en casa lo que hemos comprado sin mayores quebraderos de cabeza. La tranquilidad vale tanto como el buen precio.