La nordic walking, o marcha nórdica, es una actividad física que permite estimular el sistema cardiovascular y tonificar los músculos de todo el cuerpo, ajustando el esfuerzo a las necesidades de cada persona. Yolanda Campderrós, fisioterapeuta de Asepeyo, nos cuenta cómo descubrió este deporte en el norte de Europa y tras comprobar sus beneficios, se especializó en él hasta convertirse en instructora.

Soy fisioterapeuta desde hace casi 30 años. Tanto mi vida laboral como mi tiempo libre han estado siempre ligados, en mayor o menor medida, a la realización de actividad física. Me encanta la montaña y las actividades al aire libre, así que mis vacaciones son siempre activas. En mis viajes por Europa siempre practicaba senderismo y veía a gente que utilizaba bastones diferentes a los míos de trekking, me llamó la atención el hecho de que realizaran el apoyo en cuatro puntos, pensando que no los utilizaban correctamente. Pero estaba equivocada, una profesora de la Universidad me explicó que se trataba de la marcha nórdica, nordic walking en inglés, una actividad física saludable y apta para todas las personas. Buscando por la red, encontré una empresa que realizaba salidas por Collserola, así que decidí apuntarme. Desde entonces, practico regularmente.

LA ACTIVIDAD FÍSICA MÁS COMPLETA

La marcha nórdica favorece el buen funcionamiento de la mayoría de sistemas y funciones corporales, tanto locomotrices y metabólicas, como circulatorias. Consiste en incorporar de manera activa unos bastones específicos para caminar que mantienen las características biomecánicas de la marcha, respetando el movimiento de los brazos. Pueden practicarla desde personas con bajo nivel físico que quieren realizar ejercicio suave, hasta un deportista de alto rendimiento como complemento a su entrenamiento.

La federación INWA (International Nordic Walking, creada en Finlandia), ha desarrollado el método de enseñanza en este deporte, basado en la técnica de los diez pasos. Sus fundamentos básicos son la alineación postural al caminar, un buen patrón de la marcha y el uso correcto de los bastones.

BIENESTAR FÍSICO Y MENTAL

Al ser una actividad física poco agresiva, el nivel de esfuerzo y objetivos se adaptan a las necesidades individuales de quien la practica. El objetivo principal de la nordic walking es conseguir un estado general de bienestar físico y mental. Es una actividad que puede realizarse en solitario o en grupo en cualquier lugar, tanto en parques y jardines de la ciudad, en la montaña o en la playa. Todas estas cualidades positivas me han impulsado a escribir este artículo para compartirlo con mis compañeros. Os animo a todos a probarlo, seguro que tenéis un instructor de INWA cerca.

BENEFICIOS

  • El esfuerzo se distribuye entre varios grupos musculares, tanto de las extremidades inferiores como de la cintura escapular, pectorales y brazos.
  • El uso de bastones incrementa la zancada, aumentando el trabajo muscular de las piernas y estimulando el sistema cardiovascular.
  • La correcta alineación del cuerpo permite la activación de los estabilizadores centrales.
  • Se consigue una reeducación postural y se minimiza el desgaste de las superficies articulares.
  • Aumenta los niveles de endorfinas y dopaminas que nos ayudan a mejorar el bienestar emocional, especialmente si se realiza en un medio natural.
  • Con el visto bueno de su médico o fisioterapeuta, una persona lesionada puede utilizar los bastones como parte de su recuperación.