Hay que recuperar la alegría de vivir

Victor Küppers es un formador alejado de frases enlatadas de autoayuda. Las empresas más conocidas solicitan sus charlas y sus vídeos tienen millares de visitas en Youtube. Küppers nos recuerda que la clave de la felicidad, ya sea personal o laboralmente, se encuentra siempre en los valores humanos. 

Según Instagram vivimos en un planeta de supermodelos y de cracks del fútbol ¿Sigue funcionando aquello de disfrutar de las pequeñas cosas para ser feliz?

Vivimos en la sociedad del escaparate, en la que cuenta más parecer que ser. Es una carrera sin tregua que nos desequilibra. El tiempo y el esfuerzo que invertimos en acumular riquezas exteriores o materiales deja muy pocas oportunidades para disfrutar de las pequeñas cosas de cada día y cultivar la riqueza interior con cualidades como la bondad, la compasión, la amabilidad…, que son las más importantes que podemos tener como padres, parejas, amigos o profesionales. 

¿Por qué un mundo con tantas posibilidades es una factoría de amargados? ¿Hay que redescubrir el agradecimiento?

Nuestro entorno es muy complicado. A veces necesitamos estar enfadados. También hay problemas pequeños, y necesitamos desahogarnos, pero debe ser un desahogo “razonable”. Hay que recuperar la alegría de vivir y esta depende de tres factores: genes, circunstancias y voluntad. No controlamos los dos primeros factores, pero sí el último. Hay muchas cosas que podemos hacer como ser agradecido, valorar las cosas positivas, ser amables, ponernos ilusiones, disfrutar de las cosas pequeñas, cuidar las relaciones con las personas que más queremos, etc. Desarrollar estos hábitos no es difícil, depende de nuestra responsabilidad personal. Muchos no paramos de quejarnos de lo mal que van las cosas y no estamos dispuestos a hacer esfuerzos para cambiarlas. 

Ahora que el liderazgo se confunde con la agresividad ¿Cómo deben ser los líderes que realmente necesitamos?

Tenemos un problema de liderazgo. Hay demasiadas jefas y jefes que son unos incompetentes y que no saben dirigir personas. 

El papel de un líder es el de inspirar y movilizar, y eso depende de la calidad humana. Muchos líderes tendrían que preguntarse: ¿mi equipo me admira? Y admiramos a las personas por su manera de ser. El compromiso no se exige, se merece. La clave para ser buen jefe es tener pasión por ayudar a la gente de tu equipo a ser mejores personas y profesionales, y la mayoría no tienen este chip. Son tiempos de un capitalismo salvaje donde muchas veces solo cuentan los números. La primera responsabilidad social de una empresa es cuidar a sus personas.

¿Y qué pasa con la amabilidad? ¿Se está convirtiendo el dar los buenos días en algo revolucionario?

¡Sí, sí! ¿Es increíble verdad? La manera más sencilla de vivir con alegría es ser amable con todo el que te cruces; sonríe, escucha, saluda, di gracias, por favor, aguanta una puerta, espera en un ascensor… Se trata de ser más humano. Tendríamos que centrarnos en humanizar un poco más esta sociedad. Cuando eres amable con los demás tú te sientes mejor, los demás se sienten mejor y encima es gratis. Es un chollo ¿no? Ser inteligente es un don, pero ser bueno es una elección.