El verano conlleva un cambio de horarios y, a menudo, dejamos a un lado las dietas y las costumbres saludables para disfrutar de una época más relajada. Aún así, estos meses son también un buen momento para recuperar, sin mucho esfuerzo, algunos hábitos que nuestro cuerpo agradecerá.
Con la llegada del buen tiempo, rutinas como acudir al gimnasio o planear la comida para la semana se sustituyen por ir a la playa, dar un paseo o quedarse tranquilamente en la terraza del bar. Hasta cierto punto, es también saludable, puesto que se trata de una época más social y relajada que nos permite desprendernos del estrés acumulado durante el año. Pero puede conllevar malestar físico y mental, si nos excedemos en las comidas copiosas, el alcohol, los alimentos azucarados y el sedentarismo. En los meses de verano, y debido a la mayor exposición al sol, es especialmente importante mantener una alimentación equilibrada y rica en vitaminas y minerales, hidratarse de forma permanente y realizar actividades deportivas moderadas de manera regular. También es esencial que, aunque estemos de vacaciones, tratemos de mantener unos patrones de sueño estables, durmiendo las horas necesarias para estar descansados.
SIEMPRE HIDRATADOS Uno de los consejos más habituales en verano consiste en beber abundante agua para evitar la deshidratación y los golpes de calor. Las altas temperaturas nos hacen perder líquidos y sales minerales, así que debemos reponerlos también mediante la alimentación. Por suerte, en época estival, las frutas y verduras son especialmente hidratantes. Buen ejemplo son el melón y la sandía. Ambas tienen propiedades depurativas y aportan vitaminas A y C, siendo además muy poco calóricas y muy refrescantes, ya que son agua en más de un 90%. Otro de los alimentos especialmente aconsejables para mantenernos hidratados es la lechuga, puesto que aporta altas cantidades de magnesio, potasio, sodio, hierro y selenio, reponiendo así la pérdida de minerales a través del sudor. Sus muchas variedades, y las combinaciones que permite a la hora de preparar ensaladas, hacen de ella un alimento casi imprescindible en verano.
CUIDADO CON LA PIEL El sol es una fuente de vitamina D y energía para nuestro cuerpo, pero en altas dosis daña especialmente nuestra piel. Debemos protegernos utilizando cremas solares, gafas de sol y gorras con visera o sombreros con alas que permitan mantener cara, cabeza, orejas y cuello a la sombra. Pero es igualmente importante reforzar nuestras defensas mediante la alimentación. Además de la zanahoria, nos ayudará consumir frutas y verduras antioxidantes que retrasan el envejecimiento celular, como el tomate y todos los frutos rojos, incluyendo las cerezas, las moras y los arándanos. El pimiento verde es una gran fuente de vitamina C, que participa en la producción de colágeno, mientras que el pepino, además de diurético, es un protector natural de la piel.
MEJOR DE TEMPORADA Consumir productos alimentarios de temporada es siempre la mejor opción, no solo por ser la más sabrosa, también la más barata y ecológica. En los meses de julio y agosto podemos encontrar, en las verdulerías, una colorida variedad de productos que además nos permiten llevar una dieta saludable sin grandes esfuerzos, puesto que son especialmente hipocalóricos e hidratantes. Un buen ejemplo de ello es la remolacha, que aporta hierro, favorece la eliminación de líquidos y se emplea en muchas dietas para perder peso, puesto que tiene pocas calorías y una gran cantidad de fibra. Frente a las conocidas dietas milagro, en las que es habitual caer durante estas fechas para contrarrestar los excesos, todos los nutricionistas coinciden en aprovechar la variedad de alimentos saludables de temporada, como albaricoques y melocotones, que además en verano son fáciles de consumir en forma de ensaladas, batidos, zumos y helados naturales.
EL VERANO ES UNA ÉPOCA IDEAL PARA PRACTICAR DEPORTE: EL BUEN TIEMPO Y LAS HORAS DE SOL NOS PERMITEN REALIZAR EJERCICIO CASI EN CUALQUIER LUGAR. ¿TE ANIMAS?
El deporte es indispensable para mejorar nuestra condición física y sentirnos mejor. En las Recomendaciones en actividad física con alta evidencia, del grupo de expertos del PAPPS, se aconseja realizar un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada para niños y jóvenes y, un mínimo de 30 minutos, 5 días por semana, de actividad física moderada para adultos y ancianos. Realizar ejercicios en intervalos de 10 minutos como mínimo, hasta acumular los 30 minutos en un día, resulta igual de efectivo. Y con las actividades que te proponemos, mantener un buen estado físico te resultará también muy divertido.
SENDERISMO
Más que un deporte, el senderismo es una forma de disfrutar del medio ambiente. Es uno de los ejercicios aeróbicos más completos y fáciles de practicar, al alcance de todos, puesto que no es necesario contar con una gran equipación para iniciarse. Consiste en caminar por senderos homologados, que indican los niveles de dificultad de cada ruta. Entre sus beneficios destacan la mejora de la salud cardiovascular y la tonificación de los músculos del tren inferior.
Es recomendable llevar en la mochila agua y frutas para mantenerse hidratado, crema solar y protección antiinsectos.
AQUAERÓBIC
También conocido como aquagym, este deporte es una variante del aeróbic que se realiza en una piscina de poca profundidad (entre 1,20 y 1,50 metros) y con el agua a una temperatura que oscila entre los 28 ºC y los 31 ºC. Principalmente se realizan ejercicios de resistencia y de tonificación con materiales complementarios como mancuernas, manoplas de neopreno, tobilleras o cilindros de gomaespuma. Además de refrescante, es un deporte respetuoso con las articulaciones, gracias al efecto amortiguador del agua.
BICICLETA
Al igual que en el senderismo, coger la bicicleta es una buena manera de conocer nuestro entorno. En España tenemos multitud de rutas para disfrutar en familia sobre dos ruedas, como las Vías Verdes. Montar en bicicleta fortalece el corazón, ayuda a aumentar la capacidad pulmonar y mejora la circulación de la sangre. El trabajo muscular de piernas, caderas y abdomen nos permite quemar grasa y estilizar la figura.
BAILAR
Actividades como el Zumba y el Body Jam han popularizado en los gimnasios bailar como actividad deportiva. Y el por qué está claro: además de divertido, es un ejercicio que nos mantiene en forma, mejora la circulación sanguínea, tonifica los músculos, aumenta la elasticidad de las articulaciones, ayuda a mitigar el estrés y a quemar grasas. El verano es una época ideal para movernos con ritmo, ya que el buen tiempo hace que nos apetezca más salir y disfrutar de la música. También puedes dedicar cada día 30 minutos a bailar en casa las canciones que más te gusten. Harás ejercicio y a la vez te sentirás feliz.