Frío, respiración y autocontrol: el Método Wim Hof

A Wim Hof le conocen en todo el mundo como Iceman por resistir temperaturas extremadamente bajas sin que su organismo se resienta, lo que le hizo superar 26 récords mundiales de natación bajo el hielo. El método, que lleva el nombre de este atleta holandés, es una fórmula natural para mejorar el bienestar de las personas, combinando técnicas de respiración, exposición al frío, meditación y ejercicio. Sus seguidores aseguran que, con constancia, consiguen regular su sistema nervioso, su metabolismo y su respuesta inmune.

No es preciso, según su creador, ser un superhéroe para sacarle partido. En realidad, está al alcance de casi todos, ya que aquí el factor decisivo es el propósito de trabajar estos tres principios:

  • El frío extremo. Hof afirma que la exposición intensa a las bajas temperaturas, durante periodos cortos de tiempo, es muy beneficiosa. Eleva el sistema inmunológico, libera serotonina y endorfinas, mejora el sueño y reduce la grasa corporal.
  • La respiración. “Respira, es gratis” es uno de los lemas de este holandés, que afirma que ignoramos el inmenso potencial que posee. Su sistema aumenta los niveles de oxígeno en sangre, potenciando nuestra energía y nuestras defensas y reduciendo el estrés. ¿Cómo? Con 30 inspiraciones muy profundas (llenando nuestros pulmones) y espirando sin empujar.
  • Compromiso. Es la base de los dos pilares anteriores. La voluntad individual de superarse siempre produce buenos frutos.

Lo que dice la ciencia

A primera vista, los beneficios de este método pueden sonar a fabulaciones. La medicina cuestionaba que un ser humano pudiera controlar sus defensas. Para salir de dudas, en 2011, la Radboud University Medical Centre de Njemegen (Holanda) testeó al propio Wim Hof administrándole una toxina que produce síntomas gripales. El holandés, usando sus técnicas, aumentó su hormona del estrés modulando su sistema inmune, de forma que no sufrió ninguna manifestación de la gripe. Más tarde, esta universidad repitió el experimento con otros voluntarios entrenados por Hof. El resultado fue el mismo.

Siete años después, Otto Muzik,  profesor de la Wayne State University de Detroit, realizó otro estudio en el que realizó resonancias magnéticas a Wim Hof mientras se sumergía en agua muy fría. Los resultados publicados en la revista NeuroImage exponen que Hof impulsaba una respuesta de estrés en su cuerpo, que activaba una función analgésica. Para ampliar el foco, los médicos examinaron a treinta sujetos de control con idénticas conclusiones. ¿Te animas a comprobarlo por ti mismo?