Running en invierno

(tres consejos imprescindibles para vencer al frío)

Ponerse  unas zapatillas de deporte y salir a correr es una de las actividades favoritas en España. Obviamente, disponer de un clima más moderado que en el resto de Europa, acaba siendo una gran motivación para todos los runners. Según un estudio de la agencia británica Kantar Media , un 15% de los españoles hace running habitualmente superando a países como Francia, Gran Bretaña o Alemania.

¿Qué pasa en invierno, cuando el mal tiempo dificulta este deporte? Como explica el doctor Pedro Manonelles, especialista en Medicina Deportiva, “se produce una ligera afectación. La temperatura muscular superficial disminuye, favoreciendo la fatiga” .

A pesar de las complicaciones, hay que seguir con nuestras rutinas de entrenamiento. Hacer deporte con frío tiene beneficios como el incremento de la resistencia y la producción de fuerza. La entrenadora de Nike +, Rebeka Stowe, destaca la mejora de la salud mental, gracias al ejercicio al aire libre: “hay mucho más espacio que estar apiñado en una cinta de correr ”. No obstante, debemos tener en cuenta algunas cuestiones prácticas:

Equípate como es debido

Hay que prescindir de prendas gruesas y pesadas para evitar el sobrecalentamiento y una sudoración excesiva. Siempre es preferible ponerse varias capas de ropa fina. Actualmente los tejidos son cada vez más técnicos, como el goretex, que mantiene el calor de manera óptima, filtrando la vaporación del sudor. Los accesorios son también esenciales. Un buen gorro, guantes y calcetines harán que la pérdida térmica en nuestras extremidades sea menor.

A la hora de elegir zapatillas, tenemos  que considerar dos puntos que marcarán la comodidad de tus salidas. Deben conservar los pies secos, sin que les afecte la lluvia o la nieve, y garantizar la estabilidad sobre terrenos resbaladizos.

Calentar y estirar

Es necesario tomarse en serio el calentamiento previo. Calentar bien nos permitirá aumentar progresivamente el calor corporal y la flexibilidad de las articulaciones. Si la temperatura exterior baja de los cinco grados, estos ejercicios los haremos bajo techo durante diez minutos. En el peor de los casos, si el ansia nos puede, aclimataremos nuestro cuerpo con un ritmo lento de carrera durante el primer kilómetro, lo que facilitará nuestro esfuerzo posterior.

Una vez que hemos terminado, ralentizaremos el enfriamiento corporal ejecutando estiramientos y movimientos de refuerzo muscular. En caso de que las inclemencias sean demasiado molestas, siempre podremos hacer esta fase final del entreno en casa.

Llenando el depósito

Los alimentos más recomendables para aportar la energía que vamos a necesitar (dado que perderemos más calorías de lo habitual) son los frutos secos, barritas de cereales o geles energéticos, cuyos hidratos de carbono irán a parar a las células musculares a las que exigimos un extra.

Conviene tener a mano agua natural o bebidas energéticas, puesto que, aunque en invierno disminuye la sensación de sed, el frío reseca la garganta y acelera la deshidratación del organismo.