El ejercicio terapéutico es la ejecución sistemática y planificada de movimientos corporales, posturas y actividades físicas, con el propósito de que el paciente disponga de medios para:
- Corregir o prevenir alteraciones
- Mejorar, restablecer o potenciar el funcionamiento físico
- Prevenir o reducir factores de riesgo para la salud
- Optimizar el estado general de salud, el acondicionamiento físico o la sensación de bienestar
Es una técnica fundamental dentro de la fisioterapia, especialmente importante en los tratamientos en un entorno laboral. Sus fines son terapéuticos y preventivos.
Muchos estudios científicos demuestran la efectividad de un programa de terapia activa en rehabilitación, bien diseñado y realizado correctamente, como parte del tratamiento de fisioterapia. Como ejemplo, en los casos de patología lumbar crónica, el ejercicio terapéutico activo es el tratamiento que ha demostrado más efectividad a medio y largo plazo.
El ejercicio aporta múltiples beneficios, ya que influye de forma positiva en nuestro cuerpo:
- Mejora el sistema cardiovascular, disminuyendo el riesgo de patologías y favoreciendo la circulación.
- Influye de forma positiva en el sistema nervioso, mejorando la coordinación, el tono muscular y el dolor.
- Ayuda al aparato locomotor (huesos, músculos, articulaciones, tendones y ligamentos), mejorando el funcionamiento de estas estructuras y su elasticidad. El ejercicio ayuda a mantener los efectos conseguidos con la terapia manual.
- Mejora el estrés, la depresión, la calidad del sueño y disminuye la fatiga. La realización de ejercicio favorece la liberación de sustancias analgésicas (opioides, serotonina, endorfinas), que influyen de forma positiva en el estado de ánimo.

¿Qué ejercicios puedo hacer?
El fisioterapeuta es el profesional capacitado para realizar una buena planificación del ejercicio terapéutico. Tras realizar una valoración y establecer unos objetivos concretos, seleccionará los ejercicios más adecuados.
Para planificar los ejercicios terapéuticos, tendrá en cuenta:
- La dosis (frecuencia de realización, número de repeticiones, series…)
- La velocidad del movimiento
- La carga
- El tipo de respiración
- El medio en el que se realizará (en casa, en el trabajo, al aire libre, en el agua…)
Estos factores dan la posibilidad de adaptar los ejercicios, por ejemplo en fases iniciales (donde puede aparecer dolor), además de permitirnos evolucionar cuando los síntomas mejoren.
En la mayoría de los casos, el fisioterapeuta revisará y evaluará periódicamente el plan de ejercicio terapéutico, para realizar las modificaciones que sean necesarias. Así, se conseguirá una progresión que estimulará la motivación para ser constantes en la realización de los ejercicios.

Ejercicio terapéutico y prevención
El ejercicio terapéutico es una herramienta muy importante para la prevención de lesiones en todos los ámbitos. Adquiere gran importancia en el ámbito laboral y en el deportivo.
Es muy conocido el papel del fisioterapeuta deportivo en la recuperación de lesiones y quizá se habla menos de su trabajo en lo que respecta a la prevención, donde este tipo de ejercicio es una de las principales técnicas utilizadas. En el ámbito laboral, la valoración de las circunstancias de cada persona puede ser de gran utilidad para prevenir lesiones futuras.
Por lo tanto, es vital incluir el ejercicio en nuestra rutina, encontrar el mejor momento y saber que nos aportará numerosos beneficios, siempre respetando la pauta que marque el profesional para conseguir un buen resultado.
Un programa de actividad física habitual debe formar parte de nuestro estilo de vida. Aunque los efectos no sean inmediatos, la constancia será un elemento clave para conseguir un resultado óptimo y prevenir recaídas.
El ejercicio terapéutico nos ayudará a mejorar nuestra calidad de vida.
Isabel Lucas Muñoz.
Fisioterapeuta. Centro asistencial Alcázar de San Juan
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