Antes de nada, debemos ser conscientes de que las medidas tomadas por el Gobierno durante el Estado de Alarma es evitar el contagio. Por ello, debemos preguntarnos antes de salir a hacer la compra si nosotros mismos nos encontramos bien. ¿Nos hemos puesto el termómetro? ¿Tosemos? ¿Nos duele la cabeza? ¿Tenemos malestar general? Si no tenemos fiebre y hemos respondido al resto de preguntas con un ‘no’, estaremos preparados para ir al supermercado. Aún así, podríamos ser asintomáticos y ser transmisores del COVID-19. Por este motivo será tan importante mantenernos alejados del resto de perdonas, tanto como para que no nos contagien a nosotros como para no transmitirlo. Debemos ir solos, y únicamente acompañados si es para ayudar a una persona dependiente. Antes de salir de casa la recomendación es salir ya con guantes y mascarilla, y dejar las zapatillas de andar por casa a la entrada. Antes de ponerse en marcha cogeremos nuestras propias bolsas de tela. Ten a mano la lista de la compra -si la tienes en base a un menú ya confinado de cara a toda la semana mejor que mejor, ahorrarás compras innecesarias y ahorrarás dinero-. Cuando tengas todo esto, ya estarás preparado.

Dirígete al supermercado más cercano por la ruta más rápida. Evita parar por la calle y cruzarte con la gente que te puedas encontrar. Tu objetivo es llegar lo antes posible al supermercado, comprar lo más rápido posible y estar de vuelta “en un periquete”. En esta empresa tendremos que evitar las horas punta y las aglomeraciones. Mantén siempre una distancia mínima de un metro y medio respecto al resto de consumidores, y no cojas carros ni cestos, utiliza tus propias bolsas. Si tienes que comprar fruta y verdura y no has llevado guantes de casa, aprovecha los que se disponen en esta sección para comprar el resto de productos. Si por el caso en un pasillo hay mucha gente, bordéalo por el pasillo de al lado para llegar a tu producto deseado, si no es posible, compra tu siguiente alimento de la lista para volver más tarde. Cuando hayas completado tu recolección, dirígete a la caja más cercana y saca tu tarjeta bancaria, así evitarás el contacto con el dinero en metálico y el posible contacto físico con el cajero o cajera.

Una vez fuera del supermercado párate en la primera papelera que veas. Quítate los guantes con seguridad sin tocar tu propia piel.

Si eres diestro, con la mano izquierda quítate el guante derecho. Si el guante es de plástico tipo guante de fregar, pellízcalo hasta que se deforme un poco, de este modo podrás tirar hacia la punta de los dedos sin necesidad de tocar la piel. Después, una vez retirado y, mientras lo agarras con los dedos, introduce tu mano derecha entre la muñeca izquierda y el guante. Lleva la mano derecha hacia el extremo mientras lo vas retirando y, cuando llegues a los dedos, haces un ovillo a modo calcetín de ambos guantes. De este modo te los habrás quitado con total seguridad y sin poner en riesgo a terceros. Tíralos finalmente a la papelera.

Completa tu camino de regreso a casa. Nada más entrar descálzate y lleva el calzado a la terraza o al patio, si no dispones de ninguno de estos espacios otra opción es dejarlo en el plato de ducha o bañera. (Abro inciso, siempre que salgas de casa hazlo con el mismo calzado). Una vez hecho esto lo siguiente que tenemos que hacer es lavarnos las manos, súper importante. Ahora, el siguiente paso será quitarnos la ropa, la cual podemos dejar tendida para que se airé y no entre en contacto con otras superficies de la casa. Después, nos pondremos una ropa cómoda de uso exclusivo para estar por casa, como por ejemplo un pijama. Si no disponíamos de terraza y hemos dejado el calzado en el plato de ducha, deberemos limpiar con lejía la superficie para después limpiar con una mezcla de agua y lejía al 70% la superficie de nuestro calzado. Podremos utilizar para ello un pulverizador. Y con todo ello habremos salido a comprar con total seguridad.